- Bebés demandantes y exigentes, que lloran intensamente en cuanto tienen hambre, frío o algo los perturba.
- Bebés calmados y tolerantes, que pueden esperar cuando alguna molestia los apremia.
Características de los bebés:
Durante los primeros meses de nacido (0 a 2 meses) los bebés tienen llantos frecuentes, debido a que recién se están adaptando al nuevo medio y no siempre se calman con la misma técnica, es por ello que se debe atender de inmediato a un recién nacido, no dejarlo llorar innecesariamente y aprender a decodificar su llanto lo antes posible, esto hará niños más tolerantes.
A partir del tercer mes, debemos comenzar a educar la espera, ya que los bebés comienzan a llorar para que los carguen o los atiendan rápidamente, es momento de decir, “espera un ratito, ya te atiendo” y hacerlos esperar por algunos segundos.
Para el sexto mes, muchos bebés se lanzan de espaldas, gritan o lloran cuando les quitan algo que desean o no les dan lo que quieren.
Entre los ocho y nueve meses, se inicia el temor a los extraños, diferencian a las personas conocidas y aparece la ansiedad de separación, el niño se angustia cuando la madre o persona de referencia no está a su lado. Cuando comienzan a gatear se tornan independientes, se desplazan donde desean, pero sin perder de vista a la madre.
Alrededor del año, el niño comienza a caminar, se desplaza por todo su entorno, se vuelve intrépido, no mide el peligro y se exponen a muchos accidentes, es una etapa de exploración, por eso, el padre siempre debe estar alerta a lo que el niño está haciendo.
¿Qué podemos hacer?
Si deseamos calmar el llanto de nuestro bebé durante los primeros meses (0 – 2 meses), lo primero que debemos hacer es cargarlo de inmediato y averiguar qué le molesta para solucionar la incomodidad, si a pesar de ello persiste el llanto podemos:
- Realizar movimientos rítmicos: caminar, mecerlo en brazos o en una mecedora.
- Cargarlo sobre el hombro, apoyarlo sobre la falda o ponerlo boca abajo.
- Envolverlo en una colchita o cargarlo cerca al cuerpo para que reciba calor.
- Hablarle con voz suave y calmada, cantarle canciones de cuna, hacerle escuchar sonidos repetitivos que son calmantes (como el del reloj, las olas del mar o el sonido de las ballenas).
- Ponerle música clásica (mozart, vivaldi) que son calmantes.
- Frotarle la espalda con movimientos circulares y rítmicos desde el cuello hasta las nalgas.
- Masajear al bebé con movimientos circulares en el estómago, si piensa que puede ser por gases.
A partir del tercer mes, debemos comenzar a establecer normas y reglas concretas que deben ser respetadas, las primeras en implementarse deber ser los horarios para comer, dormir, bañarlos y jugar. Realice estas actividades siempre bajo una rutina, es decir un grupo de acciones que le indique al bebé que ya es hora de bañarse o dormir y debe realizarlas siempre a la misma hora y en el mismo lugar.
A pesar de que tengamos reglas y normas en casa, los bebés lloran por diferentes motivos y podemos realizar algunas actividades sencillas que los calmen:
- Distraerlo y entretenerlo para que no llore.
- Darle un juguete a cambio de lo que desean que no coja.
- No darle lo que desea si no se tranquiliza y deja de llorar, siempre diciendo “cuando te calmes, mamá te lo va a dar”.
- No gritarle ni llamarle la atención cuando esté llorando.
- No prestar atención al llanto inmotivado, es mejor extinguir la conducta, porque si se presta atención el bebé aprende que tiene que llorar para que lo carguen o le den lo que desea.
- Dejarlo en la cuna, acariciarlo y decirle que cuando se tranquilice lo vamos a cargar, siempre debemos supervisarlo y estar atentos al momento en que se calme.
- Cuando se tranquilice debemos hablarle y cargarlo, si vuelve a gritar es mejor dejarlo nuevamente.
- Cuando esté tranquilo consolarlo, cargarlo y decirle que a usted le gusta que esté calmado, para reforzar la conducta esperada.
¿Qué no debemos hacer?
NO insultar, diciéndole tonto, torpe o poniéndole apodos peyorativos.
EVITE gritarle, es mejor hablarle en forma pausada y tranquila para que entienda el mensaje en forma clara.
NO castigarlo físicamente (No palmear su mano u otra parte de su cuerpo, no jalarle el pelo o la oreja).