Adquirir conocimientos básicos de ciencias: botánica, investigación científica, matemáticas. Los niños aprenden a plantar, regar y podar. Aprenden el nombre de las plantas, su clasificación, el ciclo de la naturaleza, su proceso de crecimiento así como a calcular cantidades de abono y agua que deben utilizar.
- Desarrollar destrezas manuales, porque el uso de herramientas necesarias para el contacto directo con el jardín como la regadera, la espátula o el rastrillo permite la coordinación de la motricidad fina y gruesa.
- Desarrollo afectivo y emocional que implica el cuidado de un ser vivo donde día a día el niño va obteniendo pequeños logros en base a su esfuerzo, donde se fomente la paciencia, la perseverancia, la dedicación y la responsabilidad.
- Fomentar habilidades sociales para trabajar en equipo y relacionarse interpersonalmente, donde cada participante cumpla sus funciones y colabore activamente en el cuidado del jardín.
- Mejorar su alimentación: los niños que cultivan sus propias hortalizas aprenderán sobre los valores nutricionales de las mismas y serán más aficionados al consumo de frutas y vegetales.
- Crear conciencia ecológica: estos niños desarrollan amor por la naturaleza y les interesa el cuidado de su medio ambiente.
Los niños a partir de los 3 años pueden ayudar a sus padres con el cuidado del jardín y progresivamente se pueden ir haciendo cargo ellos solos, primero de una planta y luego pueden ser capaces de cultivar un pequeño huerto que produzca frutos que sirvan para la alimentación familiar.
Es importante que el niño elija las plantas que le gusten y para que sea más atractivo es mejor seleccionar plantas de rápido crecimiento y de gran colorido. De igual manera, se puede iniciar con plantas de resultados rápidos como arvejas y frijolitos o con girasoles o calabazas que tienen una semilla muy grande, fácil de manejar y la planta es grande y vistosa, ya que esto les gusta a los niños.
Lo más importante de realizar esta actividad, es que niños y adultos compartan juntos esta afición y puedan disfrutar de momentos en familia.
También es recomendable aprovechar el componente educativo, comprándole una libreta donde anote los tipos de semilla que planta, la fecha en que lo hace, los cambios que va experimentando, su época de florecimiento, entre otros; para a partir de esa observación compruebe cómo las plantas cambian y crecen y cuál es el mejor momento de sembrar y trasplantar.
Asimismo, se pueden realizar pequeños experimentos, como poner una semilla en un vaso con agua y observar su proceso de desarrollo.
Responsabilidades que se les puede asignar:
- A partir de los 2 y 3 años, pueden ayudar a regar las plantas y retirar la hierba mala.
- Entre los 4 y los 5 se les puede enseñar a sembrar semillas.
- A partir de los 6 años, ya pueden hacerse cargo de un pequeño jardín o de alguna maceta por sí mismos.