La escritura es una forma de expresión del lenguaje que supone una comunicación simbólica por medio de signos seleccionados por el hombre y que varían según las sociedades. La escritura es el resultado de una adquisición, y esta no es posible si no se ha alcanzado cierta madurez cognitiva, lingüística, perceptiva y motora.
La escritura fija el lenguaje y también las ideas y los recuerdos; por eso el niño deberá responder a ciertas exigencias impuestas por la sociedad, tanto caligráficas, como de legibilidad y de rapidez.
Percepción visual es la aptitud para entender o interpretar lo que se ve, comprendiendo el significado de símbolos, palabras escritas o dibujos. Nuestro objetivo es que los niños identifiquen objetos, dibujos, colores, formas geométricas y, por último, letras y números.
Percepción auditiva es la habilidad para entender la palabra hablada. Tenemos que trabajar la identificación de sonidos, seguir instrucciones verbales, entender cuentos, etc.
Percepción táctil es la habilidad para reconocer, descubrir, y experimentar por el tacto. Se desarrolla a través de la experimentación de diversas texturas, identificándolas con los ojos tapados.
Organización espacio temporal, el tiempo y el espacio son dos categorías que influyen en la adquisición del lenguaje y en el desarrollo cognitivo del niño.
Expresión y comprensión verbal son fundamentales para la comunicación lingüística y se desarrollan a través de las rimas, refranes, trabalenguas, adivinanzas, poesías, canciones.
Cierre gramatical es la aptitud para predecir los futuros acontecimientos lingüísticos a partir de la experiencia previa. Se desarrolla mediante la unión de imágenes de personas, animales o cosas; con verbos en acción y de adjetivos calificativos para completar la estructura morfosintáctica.
Memoria auditiva de secuencias es la habilidad de repetir correctamente unas secuencias de símbolos que acaban de oír. Se desarrolla formando cadenas de palabras tomando como base una familia: animales, frutas, juguetes, muebles, colores, nombres, etc.
Memoria visual de secuencias es la habilidad para recordar y reproducir una secuencia de estímulos visuales. Se le presenta una serie de objetos en la mesa y le deja un tiempo al niño para que lo memorice; luego se retiran algunos objetos que el niño debe identificar.
Atención es la habilidad para distinguir un estímulo específico de los demás, del entorno. Se desarrolla mediante la presentación de varios estímulos, en donde uno sea diferente y lo tenga que identificar.
Metodología terapéutica de la escritura
Ajuriaguerra en 1984 elaboró un método muy sistematizado destinado al aprendizaje de la escritura. Sus objetivos eran la mejora del movimiento, las posiciones gráficas y la escritura en sus diferentes aspectos: unión, soltura, movimiento, simplificación y regularidad.
En base a ello, los Terapeutas Ocupacionales, resuelven los problemas que presentan los niños, en sus habilidades grafomotoras; mediante las siguientes estrategias:
Posición del cuerpo y del papel
Los niños deben estar sentados en un mueble adaptado a su talla, el codo puede servir de referencia para regular el nivel de la mesa: el borde anterior de la mesa ha de llegar al nivel del codo estando los brazos colgando a lo largo del cuerpo. Los pies deben tener apoyo plantar para tener buenas sensaciones propioceptivas y favorecer el enderezamiento del tronco, el cuerpo debe estar recto, sin tocar el borde de la mesa; la cabeza ha de estar en prolongación del cuerpo; la posición de los codos debe ser a unos dos palmos del cuerpo para favorecer la caída de los hombros. Para Ajuriaguerra la correcta posición segmentaria (codo, antebrazo, mano y dedos) se desprende de la valoración del movimiento cursivo de progresión por rotación de la mano y del antebrazo alrededor del codo, tomándose este como punto fijo.
Actividades dígito - manuales
La escritura es una actividad rítmica, que requiere que haya una adecuada coordinación entre el movimiento y el tiempo. Es, a la vez, una actividad disociada, donde una mano, la que escribe, tiene una función activa; mientras que la otra se limita a ser pasiva o de soporte del papel.
Mediante actividades manuales y digitales, mejoramos la precisión de las manos, la independencia de los dedos y la flexibilidad de la muñeca: abrir y cerrar los puños, juntar y separar las manos, rotar las manos sobre las muñecas, presentando las palmas y el dorso; oponer el pulgar a cada uno de los otros dedos, con el puño cerrado, sacar los dedos uno a uno empezando por el meñique; teclear en la mesa simultáneamente los movimientos de los dedos de ambas manos; unir los dedos de ambas manos uno a uno y luego separarlos; con la manos sobre la mesa se debe intentar levantar los dedos empezando por los pulgares.
Técnicas de relajación
Es necesario reducir la tensión muscular del niño para que se sienta más cómodo con su cuerpo; en beneficio a todo su comportamiento. Empleamos las técnicas de Jakobson y la de Schultz; para reducir o eliminar las disgrafias, la hipertonía y los calambres del escribiente.
Dibujo libre: Se empieza orientando al niño en técnicas de pintura libre para observar la compaginación y la utilización del espacio por el niño y se analizan los trazos. El niño puede mezclar diferentes materiales: tintas, acuarelas, ceras. Se le pide al niño que haga comentarios sobre sus dibujos, con el fin de integrar lo más pronto posible el lenguaje hablado al modo de expresión pictográfica; para que aprenda el uso de ambos medios sin dificultad.
Técnicas pictográficas
Arabescos: Se realizan trazos libres sobre una superficie determinada; con libertad del gesto, con flexibilidad y soltura motriz; indicándole “llena la superficie con líneas continuas, en todas las direcciones y sin levantar la mano del papel”
Rellenado: Al rellenar la superficie de la mancha en forma uniforme, los niños van aprendiendo la regularidad, el orden y la presión constante; la consigna es “llena la hoja de manchas de colores, sin preocuparte por representar algo preciso, dejando volar la imaginación y haciendo algo bonito”
Entramado: Se trata de elegir una superficie y dividirla geométricamente; el espacio se raya regularmente y cada una de las zonas resultantes se vuelve a rayar con una orientación diferente; hasta conseguir un entramado. Esta técnica desarrolla la orientación de los trazos, la regularidad de los espacios entre los trazos y el aprendizaje de la línea vertical y horizontal.
Figuras cerradas o trazos deslizantes: Son formas cerradas o semicerradas, donde el niño repasa varias veces la misma forma, con un trazo continuo, sin levantar al lápiz. La consigna es “cuando hayas terminado, esto debe parecer una autopista con muchos carriles”. Un punto de iniciación indica al niño dónde debe comenzar el movimiento; los hombros deben estar relajados, el antebrazo, la mano y los dedos se han de desplazar sobre la superficie; aumentando poco a poco la velocidad de la ejecución, a fin de favorecer una reproducción ágil y distendida.
Figuras abiertas o de progresión: Se inicia con desplazamientos horizontales como guirnaldas con bucles continuos en la parte alta como eeeee y las guirnaldas de la parte inferior como uuuuu; porque son formas frecuentes de la escritura. En nuestra escritura, los movimientos de progresión cursiva permiten a la mano hacer una traslación desde la izquierda hacia la derecha del papel.
Estudio de las letras: Es necesario que el niño conozca la estructura y el modo de desarrollo de cada una de las letras; las letras se aprenden en dimensión grande de 10 a 15 centímetros de cuerpo y hacerlas con un solo trazo excepto la x y sin levantar el lápiz.
Regularidad: Se comienza con la línea recta, paralela a la parte superior de la hoja, y luego se disponen las letras entre dos líneas; trazando primero una línea muy oscura, recordando a los niños que es la línea base y luego otra de color por encima de la base. Se colocan las letras pequeñas en el interior de estas líneas; para que sean sobre escritas.
Enrique Eduardo Sarmiento Hurtado
Terapeuta Ocupacional Académico