Hábitos en los Niños, que preocupan a los padres

Es importante que los padres tengamos claro que los hábitos que nuestros hijos deben desarrollar desde pequeños siguen un proceso, donde hay que brindarles modelos y orientación infantil.

Un hábito está definido como el modo de proceder o conducirse, adquirido por repetición de actos iguales o semejantes o por tendencias instintivas (RAE). Generalmente, se refiere a un acto que se manifiesta de manera sistemática en el tiempo. Es acostumbrarse a una acción para estar bien consigo mismo. Tiene que poseer un grado de regularidad, no puede ser solo una conducta asidua, sino que es un mecanismo estable que crea destrezas y que se usa en distintas situaciones. En conclusión, son costumbres, actitudes o comportamientos que tienen pautas de conducta y aprendizaje. (Antonia Fernández Gutiérrez).


Existen aspectos adecuados que debemos seguir los padres para cerciorarnos que nuestros hijos adquieran hábitos correctos. Estos aspectos son los siguientes:

  • Hábitos de autoestima que considere como base el área conductual: aseo y cuidado personal, autocontrol y relaciones con los demás.
  • Hábitos de autonomía personal: donde se tome en cuenta la alimentación, higiene, actividad deportiva y descanso.
  • Hábitos de cuidado personal y salud: que incluya la educación vial, el uso de instrumentos y productos y el comportamiento en emergencias.
  • Hábitos relacionados con el trabajo y la actividad: como orden, responsabilidad, actividad intelectual, actividades lúdicas, evitar exceso de televisión.
  • Hábitos relacionados con la comunicación y la convivencia estableciendo la autonomía personal y favoreciendo las relaciones interpersonales y experiencias grupales.
  • Hábitos de respeto por el medio ambiente: cuidado de animales y plantas.

Hay tantos hábitos que se desarrollan durante toda la infancia que es común que los niños vayan presentando algunos que preocupan mucho a los padres, inicialmente en el área de autoestima vinculada al área conductual donde se observe morderse las uñas, chuparse los dedos, juguetear con el cabello y hurgarse la nariz. Aunque estos hábitos les moleste o les preocupe, hay que tomarlo con calma. En la mayoría de los casos, un hábito de este tipo constituye sólo una etapa en el proceso normal de desarrollo y no un motivo de alarma.

En General debemos considerar:

  • Introducir hábitos como modelos de la vida cotidiana en el hogar, porque muchas veces se adquieren por imitación.
  • Conversar tranquilamente con el niño, oírlo y tratar de descubrir cuándo y por qué se manifiesta ese comportamiento.
  • Llevar un diario anotando las circunstancias en que se producen para detectar en qué momento se presentan.
  • Ponerse en el lugar del niño y no simplificar el problema.
  • No darle demasiada importancia al asunto. No prestar atención, ni reforzar la conducta, diciéndole que “no lo haga”.
  • Evitar los gritos, manotazos o actos desesperados, porque no solucionan el problema.

Para evitar meterse las manos a la boca:

  • Cuando esté con las manos en la boca, la nariz o el cabello, darle alguna actividad manual para realizar: alcanzar algo en ese momento, tenerlo pintando, dibujando, doblar servilletas, etc. para distraer su atención y evitar el hábito inadecuado.
  • Masajear las manos del niño para relajarlo.

Para evitar que se coman las uñas:

  • Explicarle al niño el impacto social que significa comerse las uñas, para que se dé cuenta de que es antiestético tener las manos con uñas carcomidas y que es desagradable para quien lo ve.
  • Explicarle que se hace daño y que sus deditos siempre están sangrando o mutilados.
  • Se les puede pintar las uñas y hacerle notar lo limpiecitas que se ven para que intente no morderlas.

Para evitar que se chupen el dedo:

  • Si el niño se duerme con el dedo en la boca, sustituir el hábito por otro: darle un muñequito u otro juguete que le guste al niño para dormir.
  • Inducir al niño para que deje el hábito, explicándole que le va a malograr los dientes y que le van a salir “chuecos”.
  • Si usa chupón, el mismo niño debe depositarlo en algún lugar determinado y pedirlo solo cuando cree que lo necesita.

Para evitar que se meta el dedo en la nariz:

  • Explicarle que no es higiénico y que puede generar problemas alimenticios si se mete los dedos a la nariz y se come el “moco” que se quita.
  • Enseñarle a que se limpie la nariz con un pañuelo.
  • Comprarle pañuelos que le gusten y enseñarle a que se suene la nariz.

Para evitar que se jale el cabello:

  • Proponerle que use el pelo más corto o se haga una colita.
  • Comprarle un nuevo gorrito o un sombrero.

 

Lic. Rosa Taramona Aparcana

Psicóloga. Mag. En Psicología Educacional y de Familia.
Diplomado en Neuropedagogía y Habilidades Cognitivas y Emocionales.
                   Especialista en Estimulación Temprana.
                   Directora del Centro Déjalo Ser.

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